Robbie Williams compartió una reflexión sobre las presiones de ser una celebridad y de la interacción con extraños. “Esto no es una queja, es contexto”, recalcó en su mensaje.
En su relato, Williams recordó un reciente vuelo nacional a través de Estados Unidos donde un fan le pidió una foto. “Le expliqué que llevaba despierto desde las 4:30, había dormido dos horas y había llevado a cuatro niños por el aeropuerto. Tengo ojeras y estoy lidiando con la ansiedad. Expliqué que si venían a tomarse una foto conmigo, mi ansiedad se dispararía, porque entonces toda la cabina empezaría a preguntarse quién soy”, escribió.
“Si hace feliz a alguien, y puedo hacerlo, haré todo lo posible por facilitar esa felicidad. No siempre lo vi así. Pero ahora sí. Casi siempre. Aun así. Creo que hay que tener una salvedad”, agregó.
El músico relató la presión que siente para comportarse como “el alcalde de la mejor ciudad que alguien haya visitado” cada vez que interactúa con extraños. “Hay una especie de ley no hablada: como celebridad, deberías estar accesible 24/7″ para cumplir los deseos de otros, porque de lo contrario te insultan”.
“Creo que más del 50% o más no podría nombrar uno de mis discos, y mucho menos decir que compró una entrada para un concierto. No son más fans míos que de la Torre de Pisa o el Big Ben. Son fans de la fama. Pero no necesariamente de mí”.
En el cierre de su extenso mensaje, Williams confesó: “La interacción social todavía me asusta. Lo disimulo bien. Pero me llena de incomodidad. Tanto que no salí durante años. Tuve que aprender a interactuar de nuevo, y hacerlo sin drogas ni alcohol. Solía ser imposible. Ahora estoy… más o menos bien. Pero sigo arrastrándome por dentro”.
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